jueves, 2 de junio de 2011

Danza al Universo

Para poder viajar, escucha... 

Siete ancianas, arcanas encargadas de la creación. Sentadas tejiendo lo material del universo, los universos. Telares de historias, telares de vida, de muerte, de amor, de odio, de emociones, de caldo de gallina vieja.

Universo 1
Tela sujeta a la carne humana aun fresca

Se colapsan los vientos, uno que ha viajado en los mares calidos de un planeta, de varios planetas, de algunos con la llama de consciencia, algunos apagados en letargo de la constelación de piscis. El otro viento viene de las montañas frías, donde los huesos se contraen hasta estallar, donde la nieve es la vida y engendra poderes de superstición. Llegan al mismo punto, se conocen, se concentran, temen por sus vidas pero se arriesgan, se siguen conociendo y se acercan con cautela. Comienza una danza de seducción, un torbellino nace haciendo que todo lo que los rodea parezca nada, parezca todo. Va creciendo como sinfonía, notas bajas a notas tan altas, inalcanzables para el oído de las especies. Tornado que colapsa la armonía de lo cercano, de lo lejano. Tornado que levanta las faldas de las siete ancianas, de las siete arcanas de la creación. Comienzan un nuevo telar, comienza la creación de un universo paralelo.

Universo Paralelo 1
Tela sujeta al deseo, la carne humana a comenzado su apoptosis.

Germinaron dos esporas de hiedra salvaje. Crecieron dentro de la inconciencia de la tierra, del pavimento, de la nada. Milagro de la vida o ironía de la muerte. Hazaña de la hiedra, reproducirse y expandirse hasta alcanzar a la madre orquídea. Toca sus raíces, las acaricia y ella goza para florear. De la tierra hasta su trono, sus flores tan coloridas. Los habitantes creen que son flores ambas al ver que no existe el limite de fricción atómica. Se entrelazan. La hiedra abraza, protege, endulza, reviste a la gran orquídea. La hiedra se torna de colores, de sabores y emociones. La orquídea llora, suda. Las siete ancianas abren los ojos, despiertan del letargo, dejan caer el telar. Comienzan…

Universo Paralelo 2
Tela sujeta a la pasión, la carne humana en proceso pasivo, accidental en consecuencia de la destrucción progresiva.

La orquídea ha floreado diez cuchillas, tan filosas como la espina dorsal de un pez espada. Se posan sobre la tierra prohibida, la hora marcada para el juicio final. Primero observan el campo, lo analizan, lo hacen suyo. La orquídea gobierna la tierra prohibida, tan suya, tan entera la vuelve, la torna de oro. Ya cubierto de líquido salado el terreno, vuelve a pasear sobre él, cabalgando un suspiro sabor a rosa. Grita, o eso se percibe. Y da comienzo al plan del destino. Deslizando el filo sobre el campo de piel, rasguña, corta, entra, penetra… acaricia. Primer victoria de la orquídea. Los vientos chocan, la hiedra crece y las ancianas se estremecen, se ponen de pie y dejan caer el telar. Se miran y deciden… comenzar.

Universo Paralelo 3
Tela sujeta a la depravación, la carne humana en proceso "silencioso" sin inflamación. 

Se despierta el ermitaño, crece, nace. ¿Espía enemigo o sabio consejero? Se le da la bienvenida. Se adentra en territorio de un nuevo reino, el de la orquídea. Necesita pensar, sanar sus heridas del pasado, saciar su ansiedad de viejo astrólogo. Se adentra en la obscuridad de las minas de diamante. Lo hace corriendo y se le exige se detenga. Se le da instrucción para hacerlo pero de una forma sutil, como si en sus manos tuviera una serpiente: “Si la sujetas con fuerza, te morderá. Si no la sujetas con fuerza, huirá. Modera la fuerza.” Lleva las instrucciones al pie del cañón, pero se arrepiente, como si supiera que pudiera ser el fin. Entra y sale para observar de nuevo la luz. Ritual que repite para ir robando una gota de luz y colocarla en la mina. Llena el espacio negro con luz y adentro se ve un cielo estrellado. La tierra tiembla, la orquídea se inquieta, sus raíces han sentido algo extraño, algo de oro y no de diamante. El ermitaño sabio consejero de un lejano reino resulta ser un espía enemigo. Deja fluir de su cantera líquido de vida. La orquídea suelta un gemido por la traición y al mismo tiempo se pregunta si es de placer. ¿Quién es ahora la orquídea? ¿Qué será de su reino? ¿Qué hacer con el líquido? El ermitaño sale al percatarse que la mina se viene abajo, se contrae, se relaja y cae. La reina exiliada sabe que tiene una gran responsabilidad con el líquido ya que la señora de la muerte percibe quien lo guarda y lo congela en su interior. Las ancianas comienzan a girar, la hiedra se va apagando, los vientos se muerden y de uno salen símbolos de amor. Se detiene el tiempo y el silencio gime, fuma y se relaja.

Universo no Paralelo 2
Tela sujeta al orgasmo, la carne humana en proceso de muerte como mecanismo complementario a su autodestrucción.

Las siete ancianas molestas tiran de su último telar, caminan en direcciones opuestas estirándolo, jalándolo hasta rasgarlo.  
Los vientos se alejan. Vuelven a volar tan lejanos y ajenos de lo que paso.
La orquídea, la orquídea, la orquídea sabe que tiene que esperar para volver a florear y conquistar.
La hiedra envía esporas para renacer en otra tierra, en otro pavimento, en otra nada.
El ermitaño duerme para ser antagónico en otra mina sin saber si sea de oro, de plata, cobre o de ningún mineral.
Las ancianas caminaran hasta volver a encontrarse y tejer nuevos universos paralelos.
Tela sujeta al placer post coito, la carne humana en proceso de mitosis. 

1 comentario:

  1. Este texto está tan bien estructurado que si te lo propones puedes hacerlo otro cortometraje. Por alguna extraña razón, me recuerda "Intolerancia" de D.W. Griffith.

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