lunes, 29 de octubre de 2012

El ciclo


Encontrar la salida que me deje permanecer
cerca del latido de un corazón extraño.
Adentrarme a la sensualidad de la oscuridad,
oler la fragancia que pudre los sentidos.
El humor perfecto desbordando adrenalina,
silbando como pavo real al cortejo nocturno.
Evocar a Dios en cada palabra inexistente,
desenterrar los pies de la tierra y las raíces.
Cansado del agobio del miedo y el amor
desdoblar las canciones que queman el alma.
Borrar los recuerdos con lágrimas dulces
todo para encontrarse de frente a la muerte,
morderle las manos de rabia y ansiedad,
una ansiedad que eriza las ganas de amar.
Traicionar los paradigmas de nostalgia y daño,
atreverse a caminar sobre las brasas del pasado,
extraerse el corazón y dejarlo a la luz de la luna.
Pintar las paredes con la sangre de las muñecas,
dejar caer suavemente el cuerpo al fuego.
Levantar el alma y obligarla a mirar el cuerpo,
torturar su mirada frente al espejo vacío.
Prometerse regresar sin nada que sanar,
devolver el favor de infelicidad a la tribu.
No saciar el hambre del temor con los errores
y volver a comenzar hasta quedarse sin aliento.
Te has enamorado y muerto al mismo tiempo
enciende una vela, ponle mi nombre y tu adiós.