viernes, 9 de septiembre de 2011

Y quién?


¿Quién le ganará al suicidio?
¿Quién le regalará luz a mi vacío?
Y ¿Quién despertará orando a mi ausencia?
Y ¿Quién acomodará las cenizas?

Han de evaporarse las estaciones
sobre los iris lastimados por llorar anhelos
extasiados de cargar suspiros ahogados
arrastrados sobre mi piel de cartón.
Han de aprender a volar las rosas
para acariciar el aliento enamorado,
desesperadas por sentir veneno
de un golpe de dulzura dormida.
Pasarán los ángeles de tu respiro
donando dagas a mi corazón cansado,
asfixiando mi aura de cuarzo rosa
eclipsada en un despertar de soledad.
Resonarán los reclamos empapados
en las campanas de mi funeral.
Relinchará el pasado desanimado
rogando alcanzar el vapor de mi partida.
Germinarán los sueños en tu memoria
de cuando echaban raíz los pies infantes
sobre la tierra que se esfumo en un estornudo
dejándonos caer en la cima del olvido.

Destilarán las alas de mariposas muertas,
les quitarán los ojos a todos los colibríes,
demandarán el canto de los pájaros mudos
para dármelos al pasar sobre mi cuerpo,
aquel cuerpo escarchado de duelo podrido.