jueves, 26 de mayo de 2011

Fotografía sobreexpuesta


Me asomé por la ventana de tu corazón y vi un desierto, tan incierto y seco.
No lo pude creer, cerré los ojos y al abrirlos te observé frente a mi.
Tomaste mi cara y me besaste. Secando mi boca, mi alma.
No lo pude creer, cerré y abrí los ojos, no estabas tú, no estaba yo.
Tome agua en mis manos y regué tus jardines marchitos. El agua se evaporó.
No lo pudimos creer y trataste de besarme, yo de regarte.
Abrimos los ojos y nos dijimos adiós, yo a tu desierto y tú a mis mares.
Cerrando para siempre las escenas de mis olas revolcándose en tu orilla.
Cerrando para siempre la magia de tu desierto, la sed de mis mareas.
Cerrando los ojos que ya no mojaran mis ojos, tus ojos, nuestros ojos. 

martes, 17 de mayo de 2011

Una historia que dormia

Se durmió la niña después de caminar por la misma historia casi un siglo. Se fue a un viaje largo, aletargado y lleno de sangre de coraje. Se fue de la mano con el psicoanálisis dejando rastro de su camino para poder regresar, sus lagrimas de cartón. Un señor le dio la mano para acompañarla, ella se la negó escupiéndole en los zapatos de charol que brillaban más que su aura. Se agitó, se mordió los labios y de ellos no salieron mas que palomas blancas que se evaporaron en un suspiro. Se fue gritando blasfemias que hirieron a un dios, a dos dioses, a tres dioses, a ninguno. Caminó despacio al principio por si se arrepentía, después corrió sobre cada letra escrita, sobre cada coma y sobre cada acento perdido en la gramática. La dama blanca le ofreció su mano para acompañarla y ella se la negó dejando un beso en su mejilla que la congeló, la hechizó, la mató. Se fue sin seguir un camino amarillo, ni azul, ni dorado. Ella seguía el camino de cráneos, de máscaras. Brinco los charcos de suicidas y se lavo la cara en el río de penas densas. Siguió el camino, recorriendo pasajes bíblicos de Cristo, de Mahoma, de Cortazar, de Fuentes pero se detuvo en Pizarnik. Se detuvo en Pizarnik y entonces la recibió en su cueva de ángeles de espuma, la sentó en sus piernas de corcho y con su tono de voz áspero como los cuchillos en el aire, le dijo: “Despierta que el círculo apenas ha comenzado a danzar con tu vida. Apenas descubrirás el sabor amargo de las letanías del amor y de los pájaros. Despierta, que al abrir los ojos sentirás el naufragio de tu alma por amar a una sombra y eso que el círculo apenas comienza.” La niña despertó y siguió caminando sobre la misma historia. 

martes, 10 de mayo de 2011

es como una noche sombría


Es como caer en la noche sombría,
danzar sobre el escarlata de tus manos
al acariciar la rasposa melodía del adiós.
Es como amanecer en tú bahía,
desnuda de sangre de pétalos rosas
sobre el adorador de gemidos.
Es como saberte muerto y hundido
comiendo esperanzas de mis rezos,
que culminan en el silencio herido.
Es como aquel recital de la luna
a las palomas que te acompañan,
clavando miradas de desprecio.
Es como caer y levantar tu cuerpo,
estallar con el cristal del pasado
sangrando las sonrisas mal pagadas.
Es como levantar murallas al ego
maldiciendo tus favores y reclamos.
Es el adiós de la melodía rasposa acariciada
danzando sobre tus manos escarlatas,
al caer de la noche sombría, mi suerte.  

domingo, 8 de mayo de 2011

Noche en llama

Es la llama que se enciende sobre el hielo.
La mampara que soporta los reclamos.
El hastío de tus labios secos sobre mis montes.
Es el ocaso de tus caricias en mi bahía.
La dulce tentación de un palomar escondido.
Es tratar las canciones como princesas.
Estallar los oídos con percusiones.
Percusiones de tu corazón seco,
excitado por la reina de la noche, del deseo.
Deseo hundido en salvaje oración
de destrucción, de no poder protegerme.
Es la llama que nunca se encendió
sobre tu hielo asqueado en promiscuidad.
Es esa llama que florea en mi garganta,
entre mis muslos, entre mi cueva lastimada.
Fue la misma llama entregada por las diosas,
Devorada por los ángeles, por tu egoísmo.
La misma que enterró viva a la niña,
la misma que reencarno en la escarcha.
Donde las estaciones van y se vienen,
también en mi boca alada.
Sobredosis de ternura que no soportaron.
Es la llama que el hielo no supo encender. 

lunes, 2 de mayo de 2011

Y en un segundo

Para alguna mano lejana
…Y en un segundo, siento como una mariposa acaricia tu rostro a miles de kilómetros. El viejo y cansado reloj al cumplir su destino, me muestra llorando, tu vacío y dolor. Mis células danzan al borde que enciende mi dermis. La prudencia me lleva a buscarte sobre aquel cementerio que se encuentra en la cima de tus orgasmos amontonados. El gemido de tus musas fornicando con las mías, danzando y cogiendo el salpicar de líquidos sentimientos. El tocarte con la mente, acariciarte con el espíritu, lamerte con el aura, abrazarte con el ruido del choque de tu pelvis con la mía a la distancia equivalente a la planta de un gigante. Dejarme devorar por las ganas de salir corriendo y olfatear tu punto de erección, dejarme penetrar por el resto de tu estancia en mis sabanas percudidas, dejarme ahorcar por el estremecimiento de mis pezones agonizantes de dulzura. Y en un segundo, siento como una mariposa cae muerta acariciando mi rostro por tu desprecio a miles de kilómetros de ti.