martes, 14 de agosto de 2012

Promesas de Origami


Alguien toca las piernas de la luna
Se sienten ásperas, sus medias de cartón.
Ese alguien, sueña con tenerla, besarla
estrangularla, hacerla suya con el viento.
Sueños de príncipe angustiado.
Ansiedad por los espacios que desocupan
las estrellas al volar, al caminar, al morir.
La luna se estremece y sonríe para brillar,
se cubre el rostro con algas que nacen
del río de sus poros, se sonroja y goza.
                                           (cree gozar)
Se envuelve entre esperanza y muñecas.
Sus uñas exclaman poesía erótica.
Se colapsan galaxias mientras sus dedos,
sus sucios dedos juegan con la gravedad.
Se contraen, se oxidan su pezones
se contrae su dignidad, su corazón.
Mirada al horizonte opresor de fantasías.
Espejo de realidad, una lucha sin victoria.
La inocencia derrumbada, aturdida.
Se apaga la luz de sus soles, se pregunta:
¿Cuántas mariposas más han de pasar?

Alguien toca las piernas de la Luna
Ella, suspira. Se tranquiliza, respira.
Se propone nunca volver
Ese alguien creyó colonizarla, es suya.
Se propone volver, quedarse.
Así como la víctima llora, se pudre.
Así la Luna deja que alguien,
ese alguien, le toque las piernas.


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