jueves, 9 de agosto de 2012

Hace unas cuantas mariposas


¿Hace cuantas mariposas que no sé de ti, caballero de la luz?
Recuerdo que partiste a cazar sirenas en los océanos de miel.
Justo cuando una rosa floreaba en mi garganta,
rosa con injerto de orquídea negra que nacía.
Echaba raíces hasta mi corazón, bombeaba lodo y dolor.
Las hojas sin vida colorearon mi piel, la secaron.
Sus espinas desgarraron mis órganos, tejidos y sentimientos.
Y pasaron mariposas con alas florales, con alas de agua,
con alas de calabaza, con alas de nieve y tú no volvías.
Pasaron noches con lunas hirviendo en lava, días opresores de vida.
Y no volvías, estaba triste, mientras la rosa se secaba, se partía.
Quise gritarte pero algo rasguñaba mi traquea, lo que quedo de mi alma.
Has vuelto, caballero de la luz, has vuelto a mi lecho de muerte.
Hoy la rosa se ha partido, se quedó sin brillo y sin tus besos.
Toma las semillas de mi pecho y siémbralas lejos, en el cielo.
Cuantas mariposas han pasado desde que huiste,
desde que huiste a la nada, cabalgando humo de hierba santa.
Cabalgando mi destierro, forzando mi exilio a ese lugar obscuro.
Traté de abrazarme a la vida, ella me rechazaba.
de la misma forma que tus brazos a mi corazón,
de la misma forma que las mariposas rechazan quedarse,
volando de cama en cama, de cielo en cielo hasta morir,
hasta aferrarse a la espalda de la piedad, que no tuve.



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